26 septiembre 2010

BUSCANDO CAPRICHOS EN LA NATURALEZA UN JUEGO DIVERTIDO Y ENRIQUECEDOR

Si se sabe mirar, el privilegiado puede ver sorprendentes caprichos en la naturaleza. En una nube se puede contemplar la silueta de un perro. Paseando por la playa, un rostro asombrado que te mira con sus ojos abiertos. Un árbol querrá volar cansado de su emplazamiento. En la montaña, una silueta misteriosa nos invita a una leyenda imaginaria...Sólo es cuestión de ir a la búsqueda de lo que no se evidencia. Es un juego solitario. Silencioso. Enriquecedor. Un buen ejercicio para acostumbrar a un niño a crecer emocional e intelectualmente a partir de un juego que será divertido y con infinitas posibilidades. Las imágenes son el resultado de ese juego opuesto a otros juegos que dan todo hecho, en los que el indivíduo es un sujeto pasivo. Este  un juego imaginativo en el que uno mismo construye su universo, a partir de la exploración intencionada. Estas son algunas de las instantáneas descubiertas en múltiples viajes. Sólo algunas...

 En la gruta, el ser obligado a permancer en la oscuridad observa a los visitantes en picado  desde la severidad del gesto, sus ojos hundidos, la barba de chivo; determinado a una existencia amarrada a la roca volcánica de la que forma parte...No es una figura amigable, resulta inquietante en la oscuridad de su habitáculo.

¿Quien a moldeado esta figura que parece salir de la tierra?. Su deformidad no exenta de armonía sugiere un
ejemplar abstracto cuya fuerza está en esas pezuñas por pies y en las piernas dispuesta a caminar y caminar por los prados, mezclándose y siendo ignorada por los animales que pastan cercanos.


¿Estuvo aquí Piero della Francesca y realizó el boceto de la cabeza de la Reina de Saba en su encuentro con el Rey Salomón para el fresco que muestra su magnificencia en Arezzo?...¿No nos conduce esa cabeza de perfil ahora monocroma gris de piedra a los perfiles que tanto trabajó el pintor renacentista italiano?. 


Este rostro infantil surgió de la arena bañada por las olas de una playa cualquiera, entre conchas y otras piedras con infinitas formas...Parece asombrarse de no se sabe qué y lanzar un "¡ooooohhh! desde su pequeña boca.


Y ahora, el anciano desdentado, reposando y escondiendo su cuerpo jiboso y cansado...¿O es sólo el busco lo que existe?...No importa, se puede fantasear que hay un cuerpo oculto en la arena.

Al atardecer, el sol casi a punto de ocultarse, favoreció este juego de sombras de una pareja que caminaba con su cesta de mimbre llena de elementos de playa jugando  a ser gigantes virtuales; perseguidos a su vez por la cámara oculta de un objetivo oportuno. El instante en una instantánea inmortalizada.


 ¿Es un cerdito deformado por su corpulencia?...El morrito aplastado, el hozico, tiene algo de este mamífero paquidermo, verde de tanto comer bellotas verdes recien caidas del árbol...Si, demasiadas patas...Quizás no sea un cerdo...O puede que sea un cerdo ciempies si se le deja construir a su capricho su morfología.


¿De qué huye este árbol que parece volar a contra-viento?...¿Quiere ser árbol volador?...¿Se aleja del invierno, creyéndose ave en busca de climas cálidos?...¿Llora por no poder alzar el vuelo?. ¿Tiene boca y se queja?...¿Estará en el próximo viaje o de tanto llorar se secarán sus hojas ahora perennes y desaparecerán?...¿Será podado?. ¿Talado?.

¿Es sólo una nube aislada de otras nubes que están ahora ausentes?. ¿Es una nube-perro que se volatizará en un suspiro?...Parece, sí, un perro...Se diría que es un cocker patas arriba, como se colocan los perros cuando están felices y reposan con el lomo en el suelo dejando caer sus orejas perezosas,  las patas abiertas con las pezuñas visibles, negras y sucias de tanto andar por los suelos sucios...En este juego de fantasía, se puede trazar líneas hasta descubrir orejas, patas, morro...y ahí estará, un perro silueteado.